La actriz franco-italiana Claudia Cardinale, ícono del cine europeo, falleció a los 87 años en Nemours, Francia. Reconocida por su belleza y talento, Cardinale dejó una huella imborrable en clásicos como El Gatopardo y Hasta que llegó su hora. Su partida marca el fin de una era dorada del cine italiano.
La actriz franco-italiana Claudia Cardinale, una de las figuras más emblemáticas del cine europeo, ha fallecido a los 87 años en el condado de Nemours, al sur de París, donde residía. Su partida deja un vacío profundo en la historia del séptimo arte, pero su legado perdurará a través de las más de 100 películas que enriquecieron el cine mundial.
Nacida en Túnez en 1938 en el seno de una familia siciliana, Cardinale fue descubierta en 1957 tras ganar el certamen de belleza La chica más bella de Túnez. Aunque en su juventud no estaba interesada en la actuación —quería ser exploradora— su belleza mediterránea y su talento innato la llevaron rápidamente a la pantalla grande, donde trabajó con algunos de los directores más influyentes de la época, como Federico Fellini, Luchino Visconti, Sergio Leone y Werner Herzog.
Entre sus interpretaciones más destacadas se encuentran:
A lo largo de su carrera, Cardinale se destacó por su versatilidad y su capacidad para interpretar una amplia gama de personajes, desde la joven inocente hasta la mujer fuerte y decidida. Su presencia en pantalla era magnética, y su legado como actriz perdura en cada uno de los papeles que interpretó.
Durante sus años de oro en la pantalla grande, compartió momentos con dos de los galanes europeos más famosos: Alain Delon y Marcello Mastroianni. Y aunque le inventaron romances, en realildad nunca tuvo más que buena amistad con ellos.
La actriz siempre dijo que el "único hombre” de su vida había sido Pasquale Squiteri, fallecido en 2017, de quién se enamoró rodando la película “I guappi” (1974) y fue el padre de su segunda hija, Claudia.
Además de su carrera cinematográfica, Cardinale fue reconocida por su activismo en causas sociales y su trabajo como embajadora de la UNESCO. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para cineastas y amantes del cine en todo el mundo.
Decidió vivir sus últimos años en las afueras de París, alejada del bullicio de Roma, donde habitualmente debía estar esquivando paparazzi.
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