La hija del célebre músico aclara que no tuvo participación en la película Michael, desacredita versiones que la vinculaban al proyecto y cuestiona su enfoque, al que considera “edulcorado” y manipulado para complacer a una parte de los fans que viven en la fantasía.
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Durante la gala benéfica amfAR en el Festival de Venecia, el actor Colman Domingo, quien interpreta a Joe Jackson en Michael, afirmó que Paris y su hermano Prince respaldaban la película. También mencionó que habían conversado y que Prince participaba como productor.
Sin embargo, Paris reaccionó en Instagram aclarando que no tuvo "ni un 0 % de participación" en el proyecto. Narró que solo revisó un primer borrador del guion, ofreció observaciones que fueron ignoradas y, al comprobar que no serían consideradas, decidió retirarse totalmente.
Paris calificó a Michael como una producción "edulcorada", guiada por intereses comerciales y diseñada para un sector de fans que prefieren una versión idealizada de su padre. Señaló que este tipo de biopics controlados tienden a transmitir inexactitudes o incluso “mentiras descaradas”.
Con tono crítico, expresó: “No son mis monos, no es mi circo... Prefiero la verdad antes que las ventas”.
Michael es una ambiciosa biopic dirigida por Antoine Fuqua —Día de Entrenamiento, Lágrimas del Sol y El Justiciero, entre otras— , escrita por John Logan y con producción de Graham King junto al entorno cercano del cantante. Está protagonizada por Jaafar Jackson, sobrino del artista, en el papel de Michael; también participan Nia Long, Miles Teller y otros.
La película, cuya producción comenzó en 2024 tras superar retrasos por la huelga SAG-AFTRA, está prevista para estrenarse el 24 de abril de 2026.
El contraste entre la postura pública de Paris y la participación de Prince —como productor— pone en evidencia una división en la familia sobre quién controla la narrativa del legado de Michael Jackson. Mientras ella prioriza la honestidad sobre el relato comercial, la producción avanza con respaldo institucional y mediático.
Paris Jackson se posiciona como guardiana de la autenticidad, e intenta distanciarse claramente de una narrativa cinematográfica que considera superficial y manipulada. Sus declaraciones subrayan el dilema contemporáneo entre el espectáculo y la verdad, y plantean una pregunta inevitable: ¿Hasta qué punto el cine biográfico respeta la memoria y la complejidad de sus sujetos?
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