La actriz estadounidense, ícono del cine de acción por su rol como Sarah Connor en la saga Terminator, revela los capítulos más íntimos de su vida: el origen de su personaje estelar, la pérdida de su hermana gemela y el papel que evitó su retiro.
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El camino de Linda Hamilton hacia la fama se trazó en 1984 con The Terminator, dirigida por James Cameron. En esa superproducción, ella interpreta a Sarah Connor, una camarera común convertida en objetivo de un asesino que viaja desde del futuro, Hamilton encarnó la vulnerabilidad inicial de una mujer común ante el apocalipsis. El filme, un éxito de culto que recaudó más de 78 millones de dólares con un presupuesto modesto de apenas seis millones, catapultó a la actriz de roles secundarios en televisión —como en Hill Street Blues— a la categoría de heroína indomable.
Siete años después, en Terminator 2: Judgment Day (1991), el personaje evolucionó drásticamente. Sarah, ahora una madre protectora y combatiente entrenada, demandó de Hamilton un riguroso preparativo físico: meses de ejercicios militares, manejo de armas y rutinas de alto impacto. En una entrevista, Hamilton describió el proceso como el de "una soldado real", ya que le exigió un esfuerzo que le trajo secuelas permanentes, como daño auditivo en un oído por disparos sin protección. La secuela, con un presupuesto récord de 100 millones de dólares y ganancias superiores a 520 millones, puso a Sarah Connor como arquetipo feminista en el cine de ciencia ficción aunque, irónicamente, encasilló a Hamilton en roles de acción durante décadas.
Hamilton retomó el personaje en Terminator: Dark Fate (2019), donde su interpretación fue elogiada pese a las críticas mixtas de la cinta. Sin embargo, declaraciones previas indican su fatiga con el rol: en 2020 expresó que "estaría bastante feliz de no volver", ya que, según sus palabras, la historia se había "repetido hasta la saciedad".
La vida personal de Hamilton se vio marcada por la tragedia en 2020, cuando su hermana gemela idéntica, Leslie Hamilton Gearren, falleció a los 63 años por complicaciones de COVID-19. Nacida minutos después que Linda, el 26 de septiembre de 1956 en Salisbury, Maryland, Leslie no era actriz profesional —trabajaba como enfermera en emergencias y cuidados paliativos—, pero su presencia en pantalla fue crucial para Terminator 2. Como doble corporal, interpretó a Sarah en escenas donde dos versiones del personaje aparecían simultáneamente, como la secuencia de la pesadilla nuclear o el clímax en la fundición, donde el T-1000 se transforma en ella. Esos momentos, logrados sin necesidad de utilizar CGI gracias a la similitud de las gemelas, añadieron realismo a la ilusión del morphing metálico.
La muerte de Leslie, descrita en obituarios como la de "la consumada cuidadora" que dedicó su vida a ayudar a otros, provocó un duelo profundo en Linda al sentir que acababa de perder "su otra mitad". Este golpe, sumado a un período de introspección, la llevó a un silencio mediático y a actividades de "lista de deseos", como retomar saltos ecuestres tras 40 años.
Desde 2004, Hamilton convive con un trastorno bipolar diagnosticado tardíamente, que afectó sus décadas formativas. Ella describe sus años de los 20 a los 40 como "años perdidos", una mezcla de "alegría increíble y tristeza increíble", según comentó alguna vez su exesposo Bruce Abbott. El desorden interfirió en su primer matrimonio con Abbott —padre de su hijo Dalton, quien interpretó al bebé John Connor en T2—, que terminó en 1989 tras episodios de violencia verbal y física. Una relación posterior con Cameron, iniciada durante T2, también concluyó, aunque sin hijos en común.
A pesar de ello, Hamilton ha abrazado la terapia como salvavidas: "Puedo activar todo lo que aprendí en 20 años", afirmó.
Tras Terminator: Dark Fate, Hamilton pausó su actividad por problemas de cadera crónicos y fatiga acumulada, momento en elque llegó a pensar en su retiro.
Sin embargo, una llamada de los hermanos Duffer, creadores de Stranger Things, cambió el rumbo. Fan de la serie, aceptó interpretar a la Dra. Kay, una científica con fondo militar que enfrenta amenazas sobrenaturales en la quinta y última temporada, estrenada el 26 de noviembre en Netflix.
El rol, inspirado en parte por The Terminator, representa un desafío renovado, según Hamilton:
"…es un personaje muy diferente a Sarah Connor… me sentí como una actriz consiguiendo su primera interpretación significativa"
Los Duffer, entusiastas del cine de Cameron, aseguraron su disponibilidad inmediata, con lo que todo indica que ha dejado el retiro a un lado, por ahora.
La trayectoria de Linda Hamilton trasciende la acción para abarcar vulnerabilidad y transformación. De la Sarah Connor aterrorizada de 1984 a la guerrera de T2, y ahora a la Dra. Kay, su carrera ilustra la evolución de las heroínas en el cine.
En un panorama donde las actrices maduras luchan por roles protagónicos, Hamilton demuestra que la resiliencia, tanto en pantalla como fuera de ella, sigue definiendo su legado.
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