Por Maria Peraza06 Oct, 20255 minutos de lectura 24 vistas
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La estrella del pop sigue imparable. Su nuevo proyecto cinematográfico, The Official Release Party of a Show Girl, lideró la taquilla norteamericana en su estreno con 33 millones de dólares. Entre música, confesiones y una estética íntima, Taylor Swift consolida su reinado también en el cine.
La “película-evento” de Taylor Swift, The Official Release Party of a Show Girl, arrancó con fuerza en su primer fin de semana en cines: recaudó 33 millones de dólares en Norteamérica y se alzó con el puesto número 1 de la taquilla local.
El film, con una duración de 89 minutos, combina distintos formatos: videos musicales, escenas detrás de cámaras, visuales con letras limpias y comentarios de la propia artista.
Se proyectó en más de 540 salas de AMC Theatres en EE. UU., durante únicamente tres días (del 3 al 5 de octubre), con una estrategia promocional casi minimalista —anunciado apenas dos semanas antes—.
A nivel internacional, sumó unos 13 millones adicionales, para un total mundial estimado de 46 millones de dólares en su primer fin de semana.
“Un homenaje a la energía de mis fans”
Durante la avant-première en Los Ángeles, Swift declaró que el filme es “un homenaje a la energía, la pasión y la conexión que mis fans me inspiran cada día”. Agregó además que Show Girl busca capturar “la magia que ocurre cuando la música se convierte en un lenguaje compartido”.
Desde la producción, Sam Wrench —director también de The Eras Tour Film— destacó:
“Taylor no repite fórmulas: cada proyecto tiene una intención emocional distinta, y este es su trabajo más introspectivo hasta ahora”.
Comparaciones… aunque parezcan odiosas
Su anterior éxito en cines, la película de concierto The Eras Tour (2023), había iniciado con 96 millones en su primer fin de semana, lo que ya dejaba en claro que Swift sabe conectar con audiencias masivas en formato audiovisual.
En contraste, otros estrenos del fin de semana quedaron rezagados: The Smashing Machine, protagonizado por Dwayne “The Rock” Johnson, debutó con apenas 6 millones de dólares.
One Battle After Another, de Paul Thomas Anderson, ocupó el segundo lugar con 11,1 millones y ya acumula más de 100 millones a nivel global.
Significado cultural
Este lanzamiento representa más que un éxito comercial: es una muestra de la versatilidad artística y el poder estratégico de Taylor Swift como figura de la cultura pop. Su decisión de utilizar salas de cine para conectar directamente con sus fans —fuera del circuito tradicional de Hollywood— ha sido calificada por analistas como una jugada inteligente para reforzar su marca.
Además, el evento como película refuerza el rol de Swift no solo como música, sino como creadora de experiencias inmersivas, que fusionan música, cine y fandom en un solo lanzamiento.
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