José Antonio Molina reflexiona sobre su legado: “Quiero dejar la Sinfónica del futuro”

José Antonio Molina reflexiona sobre su legado: “Quiero dejar la Sinfónica del futuro”

En un conversatorio en Casa del Cordón, el maestro José Antonio Molina pasó balance sobre su carrera, su filosofía y su visión para la Orquesta Sinfónica Nacional. Resaltó la importancia de la juventud, la disciplina, la composición y el respeto por las raíces como pilares de su legado artístico.

En el conversatorio “Plenitud de la música: entre la creación y la interpretación” celebrado recientemente en el Centro Cultural Taíno Casa del Cordón, José Antonio Molina, director de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), ofreció una mirada sincera y profunda sobre su vida, obra y los frutos que aspira dejar en la música dominicana. 

Hijo de Papa Molina y Josefina Miniño, desde niño sintió la música como parte natural de su existencia. Según relata, su padre le dijo: “Eres condenado a la gloria musical… pero nunca te creas que ya llegaste”, consejo que Molina reconoce como una lección fundamental para mantenerse siempre en constante crecimiento. 

El maestro enfatizó su deseo de que los jóvenes músicos aprendan a disfrutar también del camino, no solo de las metas. Con humor comentó sobre la pasión que tienen los directores sinfónicos por seguir en el escenario:

 “Yo me siento como un teenager con algunos achaques en la rodilla y espalda... pero mientras puedas, quédate”. 

Molina recordó su experiencia internacional, entre ellas como director musical y arreglista en los conciertos Pavarotti and Friends, cuando fue elegido por Luciano Pavarotti para dirigirle gracias a su versatilidad. Esa etapa le marcó profundamente, pero su compromiso mayor es con su país: fortalecer la Sinfónica Nacional, elevar su nivel y consolidarla como una orquesta de talla mundial en el Caribe. 

Una de las iniciativas más relevantes que impulsa es la audición periódica del personal de la OSN, algo que no se hacía durante décadas antes de su dirección. También trabaja sistemáticamente con músicos jóvenes, a quienes reúne dos veces por semana para instruirlos personalmente. Nombres como Santy Rodríguez, Gabriela Gómez y José Luis Ureña fueron citados como ejemplos de esta generación emergente. 

 

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Molina destacó la composición como campo pendiente: afirma necesitar más tiempo para dedicarle, en búsqueda de crear obras que iluminen las raíces dominicanas con la solemnidad y madurez que cree que debe tener la música clásica nacional. 

Para él, la OSN ya es “una orquesta de talla mundial en el Caribe”, fruto de un trabajo consolidado que incluyó reformas institucionales, mayor exigencia artística y compromiso social. Cerró insistiendo en la música como herramienta de transformación, identidad cultural, disciplina y puente emocional, valores que espera perduren más allá de su gestión.

 

 

Con información e imágenes de:

https://www.diariolibre.com